De un humilde constructor de botes, para la pequeña que tiene todo un océano de oportunidades por delante.
Todo inicia con Océano, un formidable titán de epopeyas griegas. Un gigante, hijo de Urano y Gea, y hermano de Cronos, un pacífico que no teme mostrar su poder, pero justo e indiferente a los ideales de hombres, rebeldes y olímpicos.
Por milenios, este indomable y pacífico titán ha representado el azul de nuestro mundo. Aquella lejanía que separa las tierras de los hombres. Ese camino sin marcas que se extiende hasta el Hades. Para muchos es un terreno de cuentos y poemas de altamar… para otros representa los retos y aventuras de la vida.
Océano es el reto que marca un antes y un después en la vida de las personas. Viajeros y aventureros son aquellos que con valor lo cruzan. Pero los antiguos nórdicos creían que antes que los guerreros y navegantes, aquellos que crean los botes merecen el máximo respeto. Con su conocimiento y habilidades construyen maravillas que son capaces de cruzar el océano. Llegar más lejos que los pies de los mortales. Es gracias a su labor que los grandes héroes de leyendas han superado al gran titán del océano.
El Argos y su velocidad, el barco de velas negras de Aquiles y sus Mirmidones, o el Quimera del infame Simbad. Todos ellos obras maestras, creados por héroes silenciosos, artistas del cosmos. Dioses mortales que viven eternamente a través de sus creaciones; inspirando con su labor.
Y fue un barco como este que trajo a nuestros antepasados desde las tierras antiguas. Gracias a ellos es que escribimos ahora nuestra historia.
Estas por entrar al océano de la vida, a un mundo de posibilidades, un terreno de caminos infinitos. Donde muchos han hecho de sus vidas una leyenda, y otros han colaborado a muchas leyendas, convirtiéndose en dioses.
Como constructor de botes, te ayudaré a crear la barcaza que te llevará a tu leyenda helénica, ya sea encontrar el Vellocino de Oro, conquistar las arenas blancas de Troya o robar el Libro de la Paz y desafiar a Eris.
Nunca dudes de quién eres, ni permitas que el mundo de los mortales te cambie, pues eres mi hija, descendiente de guardianes. Guardianes del orden y protectores del mundo. Maestros del tiempo, y forjadores del destino. Pero ante todo… constructores de botes. Eres la más pequeña de un antiguo clan de guerreros, y sé que eres la más digna heredera de tu nombre.
Que tu fuerza jamás flaquee, que tu honor te mantenga honesta, pero sobre todo que tu amor por este mundo y sus creaturas sea siempre correspondido.
Recuerda siempre que eres mi más grande orgullo y los dioses me han dado el honor de ser tu padre. Eres una fuerte guerrera que ha logrado conquistar las dificultades del hombre, y lo ha logrado con el sudor de su frente. Sabes que puedes escoger tu camino, pues nosotros estaremos siempre a tu lado; por que el océano es muy basto… incluso puede asustar. Pero no importa que tan grande sea, o que tan difícil sea, nunca será más grande que el amor que siento por ti.
Construyamos juntos tu barca, para que puedas navegar en el infinito océano del mañana, siempre dispuesta a la aventura, y con un deseo insaciable de sabiduría. Verás que llegará un día, en una playa tranquila, de hermosa arena blanca, donde contarás tu historia y te volverás leyenda.
De un humilde constructor de botes, para mi pequeña… la joven que tiene todo un océano de oportunidades por delante… te amo mi princesa.
– Papá