Héroes del Mañana

Al amanecer de la sexta semana… en este lugar de sueños más allá del horizonte de lo común. Sobre esta arena del recuerdo, entre cuadros de historias rotas, es que he visto al mañana nacer.

Entre las manos de valientes que se abrazan como hermanos, bajo la guía de sabios de tierras distantes, es que marcan el inicio de una aventura que supera el ahora.

Aquí nacen los héroes del mañana, entre aplausos y condecoraciones, contra dificultades y expectativas. Sin miedo al porvenir del hombre… con fuego ardiente en el corazón, y sed de gloria en el alma.

Porque el hidromiel es dulce al paladar del campeón, y trae paz a su fatiga. Porque abrazo hoy a mis hermanos… porque juntos conquistamos la arena de esta playa. Porque abrazamos el mañana… sin miedo al ahora.

No olviden nunca donde estuvieron hoy mis hermanos. Porque ese sol que brilla en la arena es su logro y su conquista. Porque la bandera que hondea es de nuestra familia… porque las historias que contaremos mañana serán las nuestras.

Y nacerá así la leyenda de los héroes del mañana… con sus pisadas en la arena blanca, y sus canciones de gloria. Aquellos que conquistaron el hoy y ríen eternamente en la memoria de esta prosa.

La hija del constructor de botes

De un humilde constructor de botes, para la pequeña que tiene todo un océano de oportunidades por delante.

Todo inicia con Océano, un formidable titán de epopeyas griegas. Un gigante, hijo de Urano y Gea, y hermano de Cronos, un pacífico que no teme mostrar su poder, pero justo e indiferente a los ideales de hombres, rebeldes y olímpicos.

Por milenios, este indomable y pacífico titán ha representado el azul de nuestro mundo. Aquella lejanía que separa las tierras de los hombres. Ese camino sin marcas que se extiende hasta el Hades. Para muchos es un terreno de cuentos y poemas de altamar… para otros representa los retos y aventuras de la vida.

Océano es el reto que marca un antes y un después en la vida de las personas. Viajeros y aventureros son aquellos que con valor lo cruzan. Pero los antiguos nórdicos creían que antes que los guerreros y navegantes, aquellos que crean los botes merecen el máximo respeto. Con su conocimiento y habilidades construyen maravillas que son capaces de cruzar el océano. Llegar más lejos que los pies de los mortales. Es gracias a su labor que los grandes héroes de leyendas han superado al gran titán del océano.

El Argos y su velocidad, el barco de velas negras de Aquiles y sus Mirmidones, o el Quimera del infame Simbad. Todos ellos obras maestras, creados por héroes silenciosos, artistas del cosmos. Dioses mortales que viven eternamente a través de sus creaciones; inspirando con su labor.

Y fue un barco como este que trajo a nuestros antepasados desde las tierras antiguas. Gracias a ellos es que escribimos ahora nuestra historia.

Estas por entrar al océano de la vida, a un mundo de posibilidades, un terreno de caminos infinitos. Donde muchos han hecho de sus vidas una leyenda, y otros han colaborado a muchas leyendas, convirtiéndose en dioses.

Como constructor de botes, te ayudaré a crear la barcaza que te llevará a tu leyenda helénica, ya sea encontrar el Vellocino de Oro, conquistar las arenas blancas de Troya o robar el Libro de la Paz y desafiar a Eris.

Nunca dudes de quién eres, ni permitas que el mundo de los mortales te cambie, pues eres mi hija, descendiente de guardianes. Guardianes del orden y protectores del mundo. Maestros del tiempo, y forjadores del destino. Pero ante todo… constructores de botes. Eres la más pequeña de un antiguo clan de guerreros, y sé que eres la más digna heredera de tu nombre.

Que tu fuerza jamás flaquee, que tu honor te mantenga honesta, pero sobre todo que tu amor por este mundo y sus creaturas sea siempre correspondido.

Recuerda siempre que eres mi más grande orgullo y los dioses me han dado el honor de ser tu padre. Eres una fuerte guerrera que ha logrado conquistar las dificultades del hombre, y lo ha logrado con el sudor de su frente. Sabes que puedes escoger tu camino, pues nosotros estaremos siempre a tu lado; por que el océano es muy basto… incluso puede asustar. Pero no importa que tan grande sea, o que tan difícil sea, nunca será más grande que el amor que siento por ti.


Construyamos juntos tu barca, para que puedas navegar en el infinito océano del mañana, siempre dispuesta a la aventura, y con un deseo insaciable de sabiduría. Verás que llegará un día, en una playa tranquila, de hermosa arena blanca, donde contarás tu historia y te volverás leyenda.

De un humilde constructor de botes, para mi pequeña… la joven que tiene todo un océano de oportunidades por delante… te amo mi princesa.


– Papá

Una Orquesta Sin Nombre

Aquí estoy, rodeado de árboles, escuchando arpegios en una cámara de piedra. Como los susurros que viajan en el viento, llevando los secretos del mundo.

Y en esa sala secreta de árboles robustos, se discute en silencio el destino del hombre. Una orquesta, con un cantar color cobalto, que navega en el aire de este atardecer de tonos rojizos, prohibidos en la paleta de colores de la noche.

Ahí, al soltar el llanto de una trompeta de bronce, inicia el peregrinaje de los antiguos. Una caminata al final de los tiempos, una historia que se narra hasta que la oscuridad de la noche nos cobija en un abrazo profundo.

Aún no deseo dormir… disfrutare primero los sutiles movimientos del harpa, sufriré con los violines y saltará mi corazón al compás de la percusión.

Una orquesta de emociones, sincronizando sus cantares en esta cámara de piedra. Donde los árboles ya parecen hombres, y sus susurros empiezan a sonar como cuentos.

Suena el corno, seguida de la flauta y el oboe. Melodías que endulzan el alma; que dan vida a estos viejos árboles que se reúnen a escuchar. Siguiendo el movimiento de la batuta, que guía una alegre danza en do mayor, sobre un espejo de cristal con marco de oro.

Soy uno más de estos árboles, escuchando el dulce cantar de la orquesta. Donde mis ramas acarician el viento, donde mi cuento se une a la tonada, y nos mezclamos como parte de uno… como parte de esta orquesta sin nombre.

Constructores de botes

Soy él cuentacuentos, un eterno narrador de historias que desea endulzar sus oídos con magia e inspiración. Pero no hay mayor pasión en mi tintero, que las historias épicas… de héroes antiguos, y leyendas eternas.

Los antiguos vikingos, temidos conquistadores y osados navegantes. Valerosos aventureros que cruzaron la mar para una nueva tierra encontrar. Con esfuerzo, con sudor y con lágrimas. Algunos dicen que lo hacían por ser testarudos, otros dirían que para demostrarle al mundo que podían.

Pero dejando de lado a estos fuertes navegantes y grandes guerreros. El vikingo más respetado no era aquel que llevara el hacha más grande, o el que más oro acumulara. Si no aquel que construía los botes… que creaba aquello que llegaba a donde ningún hombre podía llegar.

Botes que cargaban esperanzas, orgullo y tenacidad. Que permitía a los demás llegar más allá del horizonte… eso es ser también un padre, construir el bote con el que navegaran los hijos más allá del horizonte. Botes construidos para superar las olas del mar, los retos y las tormentas.

Me ayudaste a construir mi bote… pusiste tu empeño y dedicación, tu maso y tu cierra… con esfuerzo, sudor y lágrimas. Algunos dicen que lo hacías por ser testarudo, otros dirían que para demostrarle al mundo que podías, pero yo sé, que tu medida era el amor y tu guía era la fe, con el sueño de vernos cruzar la mar.… para una nueva tierra encontrar.

Ahora es mi turno de usar lo aprendido, de tomar mi maso y mi cierra, con el amor como medida y la fe como guía… es tiempo de ayudar a mi aventurera… y con orgullo ser llamado un constructor de botes.